Mantengo firme a las redes sociales participando con mi pulgar en la de los más mayores. Los tardeos de Facebook. Las consumo muy poco, como el pormo. Siguen aparcadas. Si no lo haces se apoderan de tu vida. La secuestran. Estás vendido. Vencido. La intimidad es algo que desde hace años es una batalla perdida en la era digital.
Esta semana, sin comerlo ni beberlo, a través de mi red social desayuné la noticia de ¡Viva el rey ! La arenga no provenia de ningún chillido de vecino alguno. Ni del mismísimo Antonio Recio, no me dejé la television encendida porque no tengo, el alegato procedía de la página oficial de la alcaldesa de València.
A Catalá la sigo porque me interesa la politica de proximidad. La nacional desde la salida de Pablo Iglesias del gobierno es menos chistosa, golosa y fangosa. Ayuso ha perdido la frescura que le caracterizaba y en unos años no superará a Cícciolina en votos.
Al principio me costó digerir el mensaje porque era muy madrugador, las calles no habían desayunado, y los borrachines de turno no nos divertían con sus juegos malabares. Me refiero a los que hacemos madrugar a las sábanas. Ni tampoco se escuchaba de fondo el ruido de los camiones de la SAV.
La alcaldesa de València nos recordaba que era el cumpleaños del rey, A mí la verdad no me interesaba en absoluto tal efeméride. No le iba a felicitar. Tampoco soy de los fanáticos que verbalizan el ¡ muerte al borbón ! pero sí la monarquía española desapareciese de la escena, realmente nos haría un favor grande los españoles. Los países civilizados y avanzados carecen de casas reales. Es anacrónico.
El edificio del Ayuntamiento se iluminaba de color rojo carmesí como regalo de cumpleaños. Por cierto, si algún asesor lee esto, un día antes habría cumplido años Vicente Blasco Ibáñez, que creo ha hecho algo más por València que el rey Felipe VI. Por no hablar de la relación de los borbones con nuestra ciudad. No es nada nuevo el desconocimiento de la alcaldesa de la historia y la vida de València.
Catalá pertenece a ese perfil bajo de la política heredada de Manuel Valls. Este por lo menos nació en Barcelona, de Catalá desconozco si la cigüeña fue en Torrent o València. Lo único que sé es que ha sido alcaldesa de dos ciudades en menos de quince años, y eso, es sorprendente y cuestionable.
Es honesto reivindicar que uno no puede ser ni accionista ni presidente de un club de fútbol de la misma categoría, al igual que ser alcalde o alcaldesa de dos ciudades diferentes.
Por el contrarío, uno si puede enamorarse de una o varias personas, el corazón nos gobierna, nos empuja a hacerlo. O militar en otras tantas y tantas comisiones falleras a lo largo de la vida que tiene el significado de crecer, recrearse y ambientarse de la ciudad.
En fin, aquello de Catalá era un trampantojo. No estaba viendo a la excelentisima de València recibiendo a Antonio Recio en su despacho, para sellar un contrato de marisco para la organizacion de la próxima paella en la Plaza del Ayuntamiento.
¡A Galbis no le haría ni pizca de gracia!
Mi querida alcaldesa con estos gestos ¡ me minas la moral !
Finalmente me desperté de la siesta. .