La Vieja general. Capítulo noveno. Extracto del tifo subvencionado.
Foto: besoccer
1992. Peña Almogavers.
En oposición al tifo radical culé, liderado por el grupo Boixos Nois en el Nou Camp durante los años ochenta, nació la Penya Almogavers en 1989. Los recién nacidos supporters blaugranas estuvieron muy presentes de la animación en todas las áreas deportivas de la institución.
Aquellos jóvenes entendieron el tifo de manera distinta al resto y adoptaron erróneamente los planteamientos que muchos jóvenes defendíamos por aquellos años. Pasaba a segundo plano el espíritu rebelde y espontáneo que fueron construyendo cada jornada gran cantidad de ultras de la Europa Mediterránea.
Ellos mismos personalizaron y firmaron en el santuario culé múltiples y multitudinarias coreografías costeadas por empresas con el único vínculo de adhesión al fútbol que el económico.
Un viejo amigo de la grada, en un fanzine de Yomus escribió a principios de los noventa que aceptar un tifo subvencionado era como irse de putas: frío y aséptico.
Sin apenas antídoto aparente, la nueva pandemia de tifo subvencionado se estableció sin ningún límite en la mayoría de gradas del fútbol español.
La palabra tifo en su sentido más estricto se acabaría convirtiendo en un producto de consumo para el resto de la afición del estadio, dejando morir el famoso debate sobre la independencia e imparcialidad de los grupos de animación. Se pasaba a la triste etapa de los mega mosaicos.