Casa Inmaculada 8. Capítulo veinte.
Cebollas rellenas
100 gramos de jamón
100 gramos de carne asada
1 copita de coñac
1 huevo
1 kilo de cebollas grandes, sal, pimienta y Perejil
Las cebollas se cuecen en agua y sal , se vacían cuidadosamente y se colocan en una fuente que resista al horno. Se rellenan con la pasta que a continuación se indica y bien espolvoreados de de pan molido, se cuecen a medio horno durante 20 minutos, rociándolos con el coñac.
(relleno: bátase el jamón, la carne asada, la yema del huevo, el corazón de la cebolla, la pimienta, la sal y el Perejil. Hágase girar durante 30 segundos)
Nabos Saboya
8 nabos de igual tamaño
2 huevos
½ vaso de agua
1 cucharada de harina
1 cucharada de leche en polvo
Se cuecen los nabos en agua con sal y se dejan enfriar. Cuando ya están dispuestos, se vacía su interior con una cucharilla, y se rellenan con la mezcla de los demás ingredientes que habrán sido triturados durante 30 segundos. Una vez preparados se colocan sobre una fuente, se recubren con la salsa de bechamel y se cuecen por espacio de 20 minutos.
Historia Casa Inmaculada 8
La cultura familiar es algo que se hereda y no se olvida. No solo son los bienes, también los activos culturales, patrimonio de todos que viaja de generación en generación. En mi caso y/o el de mis hermanos, Inmaculada 8, ha formado singularmente parte de nuestras vidas.
En el edificio o casa familiar, sito en el centro neurálgico de Santiago de Compostela vivieron tres generaciones de la familia. Mi madre, Carmela, hija única fue la última antes de que mí, Isabel (tía) decidiera trasladarse a València junto a nosotros en 1987. El edificio quedó deshabitado y la venta fue el único remedio.
“Una casa sita en la calle Azabacheria, número primero antiguo, hoy sin número en dica calle, y con el 8 en la fachada del oeste que mira a la Plazuela de la Fuente de San Juan hoy Plaza de la Inmaculada por donde tiene su entrada: dispuesta en dos medianeras y dos fachadas contiguas; describiendo estas cuatro paredes sobre el terreno la forma de un trapezoide de seiscientos cincuenta y ocho pies cuadrados equivalentes a cincuenta centiareas. Demarca la misma por el norte, izquierda, con la del número dos antiguo de D. Rafael de Río García por el sur, lado derecho con dicha calle de la Azabachería por la espalda este, con la misma casa número dos antiguo, haciendo frente su fachada anterior oeste a la Fuente de San Juan”
“Comprende la referida casa además del sótano, de piso bajo, principal, segundo y tercero, cuyos pisos ofrecen en su distribución, el bajo zaguán, dos tiendas, escalera y escusado, el principal recibimiento, sala y gabinete, el segundo cocina comedor y dormitorio, y el tercero tres pequeños cuartos con alcoba”
Aquel edificio fue adquirido por mis bisabuelos Manuel de la Torre Lago (enterrado junto a Valle- Inclán) casado con Dolores Gómez La torre. Precisamente un febrero como el de hoy, allá por 1987, Manuel Lamas Souto, propietario del clásico Bar Cervantes y su cuñado José Abad García adquirían dicho edificio, para una vez reformado destinarlo a la actividad turística hoy reconvertido en un pequeño hotel.
Aquel viaje familiar hizo que Isabel, tía de mi madre, y tía abuela nuestra, trajera consigo cientos de recetas de comida casera escritas con su puño y letra, y otras tantas coleccionadas de periódicos y revistas de la época.
Ante tal hallazgo, una vez fallecida Isabel, he dispuesto semanalmente la intención de publicar una de ellas fijada para los miércoles, con alguna interrupción posible intercalando los retratos de mi abuelo Pedro Rodrigo. (Maestro de profesión y profesional de la caricatura que en sus ratos libres trabajó para una librería rotulando, y para los mejores diarios de Galicia antes de acabar residiendo en el barrio de Ruzafa)