( Foto, autobús fletado de Lubos y simpatizantes camino de los estudios de Telecinco)
Era viernes y en el patio del colegio despachaba la semana pegándole al balón sin ningún afán de competición. Por la puerta del mítico callejón, la trasera, siempre han habido clases en el bajo Ensanche de la ciudad, atisbé apresurada la esbelta figura de mi hermana.
¿Pensé?, algo gordo ha ocurrido en casa. Algunos compañeros, años atrás, habían perdido a sus padres por la maldita enfermedad del corazón. Mi viejo era fumador, bisonte blando y además sufría hipertensión.
Detuve el balón y con la mente en blanco, nada se me pasaba por la cabeza, me acerqué a la banda, ¿Qué pasa Dolo? ¡corre ves a casa que han llamado de Telecinco!
Salí pintando, sudé más en el trayecto, vivía a escasos cinco minutos de la escuela, que la hora que llevaba practicando deporte. Entré en casa por la puerta de servicio, mi viejo se enfrentaba al teléfono, y el silencio era impensable en una vivienda que convivíamos cinco hermanos.
A la media volvió a sonar, eran ellos al otro lado de la línea, después de toda la presentación y explicación de la falla, el resumen, estábamos invitados nada más y nada menos (un autobús completo de Lubos) con noche de hotel incluida, para participar y grabar un capítulo del programa Goles son Amores que conducía Manolo Escobar junto a Loreto Valverde.
Por unos minutos creí que era importante, mi popularidad crecía, nunca he importado, y los más importante es no ser importante.
En la primera grabación, con Bertín Osborne de stopper fue por noviembre de 1992 teniendo enfrente a la hinchada gaditana, y entre ellos algún afamado miembro de las Brigadas Amarillas completaba la expedición.
En el segundo programa con Mario Alberto Kempes de artista invitado, nuestros rivales fueron los aficionados del RCD Español con representación de los chicos de la Juvenil….(Continuará)