La sorna y la originalidad fue un elemento diferenciador, distinguiéndonos del ruido del resto de gradas de animación de fútbol español. Copiar no entraba en la agenda y en los planes del Gol Gran, o por lo menos lo justo.
Mandamos recados a todos, aficiones rivales, directivos, jugadores, árbitros e incluso hasta para las mascotas oficiales. El insulto fue corregido por el ingenio y la gracia, característica de una afición con dotes de pasodoble.
Rivalizar de una manera irónica y con tono suave, inclusive en los derbys con los equipos de la Comunidad. El Hércules visitaría Mestalla llevándose aquel gracioso verso con tintes estrictamente deportivos. ¡El partido del milenio se juega hoy aquí, el Hércules no viene hasta el año tres mil!
Con el alérgico colegiado Manuel Díaz Vega subimos un poco el tono con la siguiente melodía, haciendo reír a todo el personal de Mestalla, ¡Manolín el del banco eres un chorizo más, Manolín el del banco te pareces a Roldán!
Durante los descansos no dejamos de sonrojar a los gorrones del Casal, que entre canapé y copita de coñac, los más rezagados, y tras reanudarse la segunda mitad del choque se escuchaban aquel lingotazo de ¡En el palco Vip hay mucho borrachín!
Fueron muchos y variopintos, pero del que nunca podemos estar orgullosos fue de aquel malsonante y lascivo ¡Super Rat, Super Rat, sube al Gol Gran y mamánosla! Eran otros tiempos. En algunos casos suspendimos.