Las «armas» que conquistaron Mestalla: las pancartas mensaje

El micro no nos gustó excesivamente huyendo del foco mediático y apostando más por el altavoz para alentar a los pobladores de la grada central con la única finalidad de animar.

Los minutos de gloria fueron para otros cediéndoles todo el protagonismo y no cayendo en la trampa mediática salvo en lo preciso.

El Gol Gran se expresó en la pizarra cuando había que hacerlo a través de las pancartas mensaje, a veces hasta tres en un mismo partido, que colgamos en las vallas del viejo Mestalla durante más de diez temporadas.

Un sello de identidad que nos caracterizó ganando terreno en el camino de la credibilidad y consiguiendo el respeto y los honores del conjunto de la sociedad valenciana por la calidad y originalidad de los mensajes. Fuimos más de letras que de ciencias por nuestro currículum vitae.

No dejamos de inmiscuirnos en los problemas reales de la ciudad, «El ciment del jesuitas per a fer un gran Mestalla» o «Salvem el Botánico

Reivindicamos la historia del club, «Pep mai s’ oblida als grans, o «Rainer benvingut a casa, el xiquets del 80».

Fuimos críticos en ciertos momentos de debilidad deportiva, «Sois unos profesionales de la desilusión».

Alzamos la voz contra la infamia, «Paul Preston miente«. No dejamos de lado la agenda social participando activamente en el panorama accionarial del club, «Recolcem la Fundació«.

Reivindicamos que la cultura no estaba reñida con el fútbol, «El sueño de uno es parte de la memoria de todos». (Borges)

La sátira, la ironía y el sentido colectivo por reactivar y mimar la memoria de club primaron en las más de 150 pancartas pintadas en tela de raso con letras blancas hasta en cuatro lenguas.

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